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Cuando contemplamos los destellos de los faros todos sabemos que son mucho más que señales de luz que sirven como puntos de referencia para los que los navegantes lleguen a buen puerto. Pero cuando se es pequeña y se espera con ilusión la venida de los Reyes Magos...Todo, todo, se intensifica y aquella noche no podía ser menos...
Mi primer contacto con los faros comenzó en mi infancia: una
víspera de Reyes en un pueblo costero de Andalucía. Aquella noche, su
famoso faro, el más alto de toda España, tercero de Europa y quinto del mundo,
bañaba de luz, aquel cinco de Enero.
–Mamá, ¿ese reflejo que ilumina nuestra casa que es?
-¿Qué reflejo mi niña?
-Aquel que ilumina los tejados, y el gallinero de las
gallinas.
-Ah, ¿te refieres a esa luz blanca que va dando vueltas?
-Sí, sí, ¡esa, esa luz tan bonita!
Que podía contestar una mamá, a su hija de seis años en una noche mágica como aquella noche, donde la ilusión, el anhelo, la esperanza y los sueños se quieren hacer presentes. Sin vacilar, ni dudar cogiéndome en brazos llenándome de arrumacos, me contesto:
–Es la estrella de Oriente la que guía a los Reyes Magos. La misma que les guiará hasta nuestra casa y a la de todos los niños que han sido buenos como tú.
Así, comenzaba la fascinación que he sentido siempre, a lo largo de mi vida, al contemplar los faros: su hermosa luz blanca y clara sobre las bravas y oscuras aguas del mar... Recordando la inocencia de aquella niña... En esta noche, sin luna, de nuevo en este pueblo marinero al mirar la luz del faro de Chipiona, la luz que guía a navegantes y marineros, no puedo dejar de pensar en aquella noche...
Han pasado los años y sigue latente en mí la misma fascinación de entonces. Algunos de ellos están en lugares que jamás podré olvidar. Son lugares mágicos, de indudable belleza. Como el hermoso faro que mira el mar de Finisterre, por su carga simbólica, guardo un grato recuerdo de el.
Lo descubrí el 23 de Agosto del 2010: en una mañana lluviosa y con niebla, salí de Santiago, decidida a visitar uno de los litorales más traicioneros del mundo."Costa da Morte " final del camino de Santiago quería cumplir con el “ritual” con la tradición de los antiguos peregrinos.
Cuando creer que lo has visto todo que es imposible que una
tierra te sorprenda… Llegas al kilómetro O donde todo acaba...
A este hermosísimo lugar, continúan llegando peregrinos compostelanos de medio mundo. Aquí en Finisterre (A Coruña) frente al Océano, se realiza una purificación espiritual. Se queman las ropas con la que hicieron el camino.
Este acto
simboliza deshacerte de todo lo que tu alma no necesita “limpiarse” iniciar así
una nueva etapa de tu vida…
Pasé al lado de unos peregrinos y vi, unas botas quemándose al lado de una cruz de piedra.Pronto yo haría lo mismo con las ropas que me acompañaron en el camino...
Seguí caminando hasta el faro. Las horas van pasando. El sol se está poniendo... Bajo,
por unas rocas. En silencio absoluto, sin más compañía que el sonido de las olas enfurecidas, que
rompen con ímpetu contra las inmensas rocas empiezo mi “ritual”.
Un ritual que desde la edad media aún se sigue haciendo. Al contemplar el fuego quemando mis ropas, me entró una extraña sensación... Frente la inmensidad de este tempestuoso Atlántico, fue uno de los momentos de mi vida en los que más pequeña me he sentido...
Ante estas vistas espectaculares fui dejando pasar el tiempo... En este sitio mágico, cerré una etapa de mi vida para comenzar otra...
A los pies del faro,observo, medito,el simbolismo de su luz que guía. Intento descubrir la luz, que me guíe... Mi luz interior...Ojala que esta luz que empiezo a divisar me lleve a buen puerto...
España tiene 187 faros que iluminan, cada noche, la costa española. Afortunada, me siento porque 11 están situados en esta costa gaditana: Bonanza-Sanlúcar, Chipiona, Rota, Castillo de San Sebastián en Cádiz, Cabo Roche en Conil, Trafalgar en Barbate, Barbate, Camarinal en Tarifa, el propio de Tarifa, Punta Carnero en Algeciras y Punta Carbonera en San Roque. Es una suerte tenerlos tan cerca poder visitarlos, seguir contemplando su luz misteriosa que nunca se apaga...
Cada uno tiene diferente frecuencia de emisión de la luz, de tal forma, que los navegantes pueden guiarse consultando una determinada guía de faros e incluso determinando que faro están viendo. Los distintos tipos de luces empleados para ayudar a la navegación son los siguientes:
"Luz fija.
Luz giratoria lenta que gradualmente alcanza plena
visibilidad y desaparece gradualmente. Luz de destellos que a intervalos de
segundos aparece y desaparece repentinamente.
Luz de color roja o verde. Luz intermitente que a intervalos fijos
se enciende y apaga rápidamente
Luz intermitente de intervalos desiguales; por ejemplo, fija
dos segundos, apagada cinco, fija dos, apagada dos y de nuevo fija dos como al
principio y así sucesivamente.
Luz de destellos agrupados, en que dos o más destellos van
seguidos de varios segundos de ocultación.
Luces fijas que iluminan todo el horizonte, pero de efectos
giratorios o intermitentes en ciertas zonas por interposición de pantallas.
Luz de destellos intermitentes en que una sucesión de
destellos rápidos va seguida de un intervalo de ocultación."