sábado, 3 de agosto de 2013

FELICIDAD Y SER FELICES







Felicidad, igual a “ausencia de dolor” palabras que hacen pensar.¿Quien no ha sentido alguna vez el sufrimiento?. Esa fuerza, destructora, invisible,emocional, ligado al ser, al alma. Se dice que el dolor es inevitable y el sufrimiento opcional.
En cierta medida esto es así, pero conlleva, una sabiduría implícita para permitir que el sufrimiento sea opcional.

¿Dolor físico o dolor del alma...? ¿Cuál se soporta mejor...? Imposible describir.
El dolor físico te merma, te aniquila, te anula como persona. Ante el, rendido, se sucumbe a sus exigencias.
Puede llevar a un estado que se desee la muerte, cuando los fármacos  que se toman en vez de curar van  absorbiendo poco a poco la poca energía que pueda quedar...

¿Y el dolor del alma se puede soportar...? Para este dolor no hay fármacos que puede curarnos. Te sientes extraña ante un cuerpo que respira salud, sin embargo tú sabes que te estás apagando como las cenizas de una gran hoguera.

Nada te alegra, los días, los minutos y segundos de tu vida no tienen sentido, solamente deseos de perderte en el infinito...

Quizás, la  “felicidad  y ser felices”  es un estado que día a día tenemos que aprender. En la aceptación  de la vida que nos ha tocado vivir.

Ser feliz se aprende aún en el dolor...
Aunque nos duela el alma, podemos llegar a un estado de paz, aceptando ese sufrimiento.

Cuando se es consciente de que el sufrimiento forma parte de nuestro vivir, al igual que la noche y el  día.

Sabiendo que la felicidad son momentos que vienen y van como las olas de mar... Disfrutemos de esos momentos que la vida nos regala.


                                                                           
                                                                       

         
 

                           ENTONCES... YO APRENDÍ


Aprendí que vivir es aprender, que soñar es gratis, que después de la noche
 viene el día.

A sonreír aunque me duela... Que todo en esta vida tiene fecha de caducidad. Que  lo que te da la vida también te lo quita.

Aprendí no esperar nada, lo que venga bien recibido será...
Aprendí no somos imprescindible


Aprendí que el amor siempre es el mismo, cambia de lugar y forma... Vuelve con otro rostro con nuevas esperanzas y nuevos sueños.

Aprendí que la vida es un río que fluye, siguiendo su propio curso.

Aprendí a desaprender para volver aprender de nuevo.

Aprendí que lo que está arriba puede estar abajo.

Aprendí a caminar día a día aunque esté cansada...

Aprendí que cada persona tiene que recorrer su propio camino y yo tengo que recorrer el mío.

Aprendí a  esperar aunque no haya retorno. 
Y día a día sigo aprendiendo...
                                                                   Enca Gálvez