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jueves, 21 de junio de 2018

COLORES DE LA VIDA...



Hace ya varios años, por una suma de acontecimientos vividos, cambiaron mi forma de contemplar la vida... fueron años difíciles... Ahora, desde la lejanía que da el tiempo, pero no el olvido, e intentando fluir con la vida desde mí presente, sigo contemplando la vida con sus luces, sus sombras y por supuesto colores....

Colores deseosos de salir, de manifestarse, sin miedos, al igual que las semillas a la luz de la vida... 

                                                                      



Quizás por ser sensible a esto, he ido descubriendo cierta facultad latente en mi, que me sigue ayudando, a seguir disfrutando, de la luz, del color, de la armonía... y así mezclando colores, con pinceladas con olor a trementina, voy pintando, llenando de colores, el lienzo de mi vida, de la vida...


                                                                        



Porque se, que para poder desarrollar ciertas facultades, no hay que ser ningún elegido, sino confiar en nosotros mismos, trabajando aquello que traemos al nacer, siendo constante desde la humildad, dejándonos llevar, siempre, hacia donde el corazón nos lleve...
                                                         


                                                                     



“Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos
 –oráculo del Señor–.
Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros mis planes que vuestros planes.” 
                                              

                                    




sábado, 30 de diciembre de 2017

LA RUEDA DE LA VIDA



                                                                           
                                                                               



Todos los años, por estas fechas, cuando el frío y la nieve llaman a la puerta y las hojas del calendario llegan a su fin, para dar comienzo al nuevo año, no se por qué, siempre me gusta limpiar y ordenar los armarios; poner en orden todo lo acumulando en estos 365 día. Mientras voy realizándolo, al observarme tan atareada en este menester, me pregunto si este acto que estoy llevando a cabo será una simple manía que tengo por el orden, o quizás también una necesidad de reflexionar y hacer limpieza interior, sea lo que sea, es una simbiosis, que me ayuda a valorar lo que realmente necesito y quiero en mi vida. Una vida que esta llena de acontecimientos que sin lugar a dudas ha ido marcando todos los días, de este efímero año que pronto se acabará.

Al quitar las hojas del calendario, para remplazarlo por el del nuevo año, lo miro y no puedo creer que haya pasado tan pronto, estos doce meses con sus días y sus noches... Y a pesar del tiempo pasado, me sigue asombrando que una parte de mí sigue siendo la misma, un alma sin tiempo... 

Se, que éste solsticio de invierno también terminará, para dar paso a la primavera y a la época estival, donde millones de estrellas, seguirán brillando unas brillarán más que otras, pero todas seguirán siendo igual de hermosas y es aquí en este preciso momento cuando al recibir de nuevo un año más comprenda que todo lo acontecido en éste año perdió importancia... 

                                                                    
                                                                                                                                                                                             Imagen de la red

Este nuevo año como siempre, lo empezaré con curiosidad y al mismo tiempo con cierta incertidumbre, pero sin miedos. Es curioso, en esos momentos, donde mis manos laboriosas van poniendo orden dentro del armario, la voz de una persona muy querida para mí, interrumpe mis pensamientos tan nítida y clara como aquella tarde invernal, cuando el frío invernal y la nieve llamaban a la puerta.
En el salón, sentadas acurrucadas en el sofá tapadas hasta los ojos, con una manta observábamos, complacientes, el crepitar del fuego de la chimenea, tiritando de frío saboreando una taza de chocolate bien caliente, mirándome fijamente a los ojos sin preámbulo (a boca jarro como suele decirse en ésta tierra) me preguntó:

-¿No tienes miedo al futuro y a la soledad? Sin vacilar ni un momento  contesté.
-Nada, solo espero, y confío en  mi Dios... El, será mi guía.

Segura, confiada, sin miedos me dejaré guiar donde mi corazón me lleve... Sin lugar a dudas seguirá habiendo cambios en mi vida y en la tuya, unos serán mejores que otros, todo cambia y cambiamos... La rueda de la vida sigue rodando, ¿no la sientes...? cambia continuamente de sitios, de lugares de personas..Las personas para bien, o para mal, aunque nos duela, también cambian... a veces radicalmente, como el viento que desplaza las hojas de los arboles en los parques y veredas...

Sin dejar de mirarme, cogió la humeante taza que rebozaba de chocolate; tomando un pequeño sorbo, lo saboreó con gran placidez, con los ojos semicerrados, suspirando, muy bajito musitó...Tendremos que seguir confiando un año más...

                                                                      
                                                                                                                                             
                                                                








miércoles, 27 de julio de 2016

SOÑANDO SUEÑOS...



                                                                       
                                                                                 



La ventana estaba abierta sin embargo las cortinas estaban y seguían estáticas no se movían ni una pizca de brisa...Solamente entraba el olor dulzón del jazmín y la dama de noche.
Empezó a dar vueltas y más vueltas  en la cama. En este estado de inquietud dejó que pasara los minutos.
Imposible, inútil conciliar el sueño.
A través de la ventana contemplo la luna llena que iluminaba el jardín de ésta noche calurosa del mes de Julio. Miró el reloj digital que tenía en la mesita de noche, marcaba la 1:30 de la madrugada.

Se levantó, entró en el cuarto de baño, abrió el grifo de la ducha y pronto su cálido cuerpo empezó a saborear el placer del agua fría. El agua caía por todo su cuerpo... Durante unos minutos mantuvo su cabeza debajo del chorro de agua...
De nuevo en la cama, sintiendo sobre su piel la suavidad de las sábanas recién planchadas, con el pelo aún mojado, abrazada a la almohada, sus ojos soñolientos empezaron a cerrarse.
Ahora sí, Morfeo  acogiéndola entre sus brazos, se apiadó de ella, llenando su mente de hermosos sueños...


A orillas del Atlántico, en un pueblo costero, blanco como la espuma del mar. Un soplo de viento, envuelto en recuerdos, acariciaba  sus mejillas, traía olor a algas, como aquél día.

                                                       

        
- ¿Hacia dónde vas? – Escuchó una voz en su interior...
- Voy hacia, mi infancia  donde todo es posible... Allí predomina la paz, la calma, la serenidad...
- ¿Y quién te ha dicho que debes ir allí?
- Una voz misteriosa que anida en mi corazón
- ¿Y que ves?
                                                                         
El mar... En su orilla, en la tibieza de sus aguas, una niña de trenzas doradas  y cara pecosa, juega con caracolas de nácar, conchas blancas y caballitos de mar. Arriba en lo alto en un cielo azul las nubes, se están abriendo como abanicos blancos de algodón... Camino entre ellas... Abajo en la tierra  hombres buenos, políticos y gobernantes todos unidos construyen un mundo mejor...

                                                                  


                                                                        
Según Freud: “cuando soñamos, todas nuestras emociones enterradas en el subconsciente suben a la superficie consciente durante los sueños. Los sueños representan la realización de un deseo por parte del soñador”

Tener bonitos e intensos sueños hace que nos levantemos más felices y contentos. Sin embargo, los gratos recuerdos, del pueblo blanco como la espuma de mar, lleno de conchas, caracolas, caballitos de mar y hombres buenos... A lo largo del día, poco a poco como pompas de jabón se fue desvaneciendo, al escuchar, leer y ver en los medio informativos, la ola de terror que se ésta viviendo en toda Europa por ataques terroristas, protagonizados por extremistas,  invadiendo de  miedo a sus habitantes y restos de países de otros continentes.

El pueblo de su “sueño” como muchos pueblos se encuentra  perdido entre guerras y llantos. Un pueblo, dirigidos por políticos, luchando entre unos y otros. Intentando demostrar y convencer al pueblo quien es el mejor; el dialogo ya no existe, buscan solo el poder, satisfacer y engordar su ego procurando reconocimientos. Pronto olvidan todas las promesas que hicieron y quién los votó. Olvidan e  ignoran  a padres y madres que intenta sobrevivir con sus hijos, en un mundo lleno de injusticias y miserias. Hoy es lo mismo que ayer...

A pesar de todo la esperanza sigue invadiendo su alma infantil y si “los sueños representan la realización de un deseo por parte del soñador”  la niña de trenzas doradas, seguirá escuchando esa voz misteriosa que anida en su corazón que le dice:
Vuelve camina sin miedos, por pueblos, ciudades y países donde  hombres buenos, políticos y gobernantes construyen  un mundo, donde tu sueño infantil  es por fin posible... 




jueves, 14 de noviembre de 2013

VOLÓ MUCHO MÁS ALLÁ...





Al contemplar el ir y venir de las gaviotas sobre el mar, no puedo evitar pensar en el Juan Sebastián Gaviota, que llevamos dentro. ¡Cuántos miedos!  Y  al mismo tiempo ¡cuántos deseos de liberarnos de ellos! Coger impulso, soltar cadenas,  zambullirnos en otros mares y volar, volar...


Somos  más fuertes de lo que pensamos  y capaces de alcanzar nuestras metas. Si estamos atentos, la vida siempre nos compensará  y  dará aquello que busquemos con deseos de cumplir nuestro objetivo en esta vida. La ley de la atracción siempre está de nuestra parte, si caminamos hacia donde el corazón nos lleve....


                                                          




La mayoría de las gaviotas no se molestan en aprender sino las normas de vuelo más elementales: como ir y volver entre playa y comida. Para la mayoría de las gaviotas, no es volar lo que importa,sino comer. Para esta gaviota, sin embargo, no era comer lo que le importaba, sino volar...                                               




                                                             
                                     




   


¿No hay límites, Juan?, pensó, y sonrió. Su carrera hacia el aprendizaje había empezado...


                                         

           

      
Juan Salvador Gaviota pasó el resto de sus días solo, pero voló mucho más allá de los Lejanos Acantilados. Su único pesar no era su soledad...Sino que las otras gaviotas se negasen, a creer en la gloria que les esperaba al volar; que se negasen a abrir sus ojos y a ver
                               

         

    
 Durante largo tiempo Juan se olvidó del mundo de donde había venido, ese lugar donde la Bandada vivía con los ojos bien cerrados al gozo de volar, empleando sus alas como medios para encontrar y luchar
                                             
                                           
                    
                                                                          
                                                                
-Veo que sigues aprendiendo, Juan -dijo. 
-Bueno, ¿qué pasará ahora? ¿A dónde iremos? ¿Es que no hay un lugar que sea como el cielo? 
-No, Juan, no hay tal lugar. El cielo no es un lugar, ni un tiempo. El cielo consiste en ser perfecto
                                                         
                                                            
                                               
       


Esteban Gaviota, tienes la libertad de ser tú mismo, tu verdadero ser, aquí y ahora, y no hay nada que te lo pueda impedir. Es la Ley de la Gran Gaviota.
-¿Estás diciendo que puedo volar?
                                             

                                                      
   

Baja y tranquila continuó la voz dentro de su pensamiento, exigiendo una contestación: 
-Pedro Pablo Gaviota, ¿quieres volar? 
-¡Si quiero!-
                                                    


  -Digo que eres libre. .-¡Pero si es verdad! ¡Soy una gaviota perfecta y sin limitaciones! -Y se estremeció de alegría. 
                                                                                               
Juan -dijo-, aprendiste tanto de una vez que no has tenido que pasar por mil vidas para llegar a esta. 
                                                                 

Y estas fueron las últimas palabras que pronunció-, sigue trabajando en el amor. ..


                                             
                                             
  




Richard Bach. Escritor estadounidense nacido en Oak Park, Illinois, el 23 de junio de 1936. Criado en California, se graduó allí como técnico aeronáutico, siendo además piloto de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos desde 1957 a 1962.  Bach fue un fanático del vuelo y los aviones, llegando a afirmar que, para él, la aviación se había convertido en una religión. Así, muchas de sus numerosas obras literarias tienen relación con este tema.

Obras
  • Ajeno a la Tierra (1963) Stranger to the Ground.
  • Biplano (1966) Biplane.
  • Nada es azar (1969) Nothing by Chance.
  • Juan Salvador Gaviota (1970) Jonathan Livingston Seagull.
  • El don de volar (1974) A Gift of Wings.
  • Ningún lugar está lejos (1976) There's No Such Place as Far Away.
  • Ilusiones (1977) Illusions: The Adventures of a Reluctant Messiah.
  • El puente hacia el infinito (1984) The Bridge Across Forever: A Love Story.
  • Uno (1988) One.
  • Al otro lado del tiempo (1993)
  • Alas para vivir (1995) Running from Safety.
  • Fuera de mi Mente (2000) Out of my Mind.
  • Crónicas de los hurones I. En el mar (2002)
  • Crónicas de los hurones II. En el aire (2002)
  • Crónicas de los hurones III. Con las musas (2003)
  • Crónicas de los hurones IV. En el rancho (2003)
  • Manual del Mesías: Recordatorios para el Alma Avanzada (2004) Messiah's Handbook: Reminders for the Advanced Soul.
Pero sin duda Juan Salvador Gaviota ha sido su mayor exito, siendo publicada en docenas de idiomas y es uno de los libros de ficción más vendidos del siglo XX.

La banda sonora de esta película es genial, bellísima