Un día fui al bosque para tener una charla con Dios. "Dios", le dije. "¿Podrías darme una buena razón para no darme por vencido?"
Su respuesta me sorprendió "-Mira a tu alrededor", Él dijo.
"Ves el helecho y el bambú?" - "Sí", respondí. "Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. Les di luz. Les di agua.
El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú.
Sin embargo no renuncié al bambú. En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú.
-Pero no renuncié al bambú." Dijo Él. "En el tercer año, aun nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié" me dijo.
"En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla del bambú. "No renuncié" dijo.
"Luego en el quinto año un pequeño brote salió de la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante.
Pero sólo 6 meses después el bambú creció. Se había pasado cinco años echando raíces. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.
"No le daría a ninguna de mis creaciones un reto que no pudiera sobrellevar".
Él me dijo. "¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces?". "No renunciaría al bambú. Nunca renunciaría a ti. "No te compares con otros" me dijo. "El bambú tenía un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos eran necesarios y hacían del bosque un lugar hermoso".
"Tu tiempo vendrá" Dios me dijo. "¡Crecerás muy alto
Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida.
La felicidad te mantiene dulce. Los intentos te mantienen fuerte. Las penas te mantienen humano. Las caídas te mantienen humilde. El éxito te mantiene brillante. Pero sólo Dios te mantiene caminando.
Por todo ello amigos sigamos caminando sin desfallecer a pesar de los obstáculos que se nos puede presentar a lo largo de este nuevo año. ¡Bienvenido 2025!
Que magnifica historia, es reconfortante. A veces las cosas no dan el fruto esperado en el tiempo esperado, tarda en verse el fruto de nuestro esfuerzo sin embargo, todo llega, solo necesitamos paciencia, perseverancia y confianza en nosotras mismas... casi nada! jajaja pero, fuera de bromas, de verdad cada proceso tiene su propio tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo grande🌱
Así es, amiga, perseverancia, confianza y mucha paciencia ya lo decía Santa teresa de Jesús "La paciencia todo lo alcanza..." Un enorme abrazo y mil gracias por tus palabras.
EliminarUn cuento fascinante que ayuda a vivir el día a día, sin duda. Creo que lo más importante del cuento es esa "no te compares con otros". Ahí radica todo.
ResponderEliminarUn abrazo, Enca.
Joaquín, a veces somos tan ilusos que deseamos ser diferente, a lo que somos, nuestros pensamientos absurdos cuantas veces nos impide descubrir, el potencial que realmente existe en nuestro interior y luchar por lo que merecemos. Un enorme abrazo también para ti.
EliminarMaravilloso Enca, realmente podemos identificarnos muchos de nosotros con el bambú, pero Él, que no renuncia a nosotros, nos da el tiempo necesario para que brotemos fuertes, sigamos con la pèrseverancia
ResponderEliminar¡que preciosa historia!, me ha gustado muchisimo leerte
Un fuerte abrazo
Es una historia preciosa y tiene un mensaje tan auténtico... El último párrafo es para enmarcar, a mi me parece que resume la esencia de la vida.
ResponderEliminarQué en este comienzo de año siembres lo mejor de ti, yo estoy en ello, sea como sea lo que nos salga al paso, esas raíces nos sostendrán, un abrazo.
Es una historia preciosa y no enseña lo importante que somos para Dios y que a pesar de que fallemos con nuestro corazón y su ayuda hallaremos nuestro camino. Te mando un beso.
ResponderEliminarHermosa y cierta la historia que compartes. El bambú tarda en brotar pero cuando lo hace, tiene fuerza y muy buenas raíces.
ResponderEliminarGracias por compartir, un abrazo!
Es verdad que nunca nos debemos comparar con otros, cada cual tiene un camino. Precioso relato Enca.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias por esta bella historia que nos llena de conocimientos (esos que a veces olvidamos) para vivir la vida desde la esencia más pura y auténtica, esa que nos redime de las malas acciones y nos acercan a la felicidad o a eso que consideramos Dios. Gracias, sí, por el regalo.
ResponderEliminarUn abrazo, Enca y buen comienzo de semana.
Gracias por compartir un relato tan hermoso y reflexivo.
ResponderEliminarUn buen mensaje.
Un beso. Te deseo siempre felicidad.
Querida Enca, un maravilloso relato que llega con un mensaje de vida para alcanzar la felicidad.
ResponderEliminarCada uno tiene su tiempo y no hay que dejarlo pasar y cada uno es único por eso los tiempos no son lo mismo.
Me lo voy a guardar para que lo lean mis hijos, gracias por compartirlo .
La felicidad te mantiene dulce. Los intentos te mantienen fuerte. Las penas te mantienen humano. Las caídas te mantienen humilde. El éxito te mantiene brillante. Pero sólo Dios te mantiene caminando. me encantó.
Abrazos y te dejo un besito, que tengas un feliz día
Hola Enca.
ResponderEliminarSí, hay lecturas, enseñanzas mil, que ayudan a reflexionar, y de ahí, generalmente, cambian la forma de vivir.
¡Es el pan nuestro de cada día! Del que no todos se nutren... De ahí el hambre y las necesidades en las que el ser humano se ve envuelto.
También es cierto que, "Hasta que el alumno no está preparado, no aparece el Maestro".
Excelente historia, amiga.
Abrazos.
Hermoso relato, querida Enca,
ResponderEliminary la nota que nos deja reflexionando,
preciosa manera de ser feliz, y a veces
nos desconectamos y olvidamos, un
gusto enorme visitarte.
Besitos dulces
Siby
Hermosísima historia. Gracias sinceras por compartirla
ResponderEliminarPaz
Isaac