miércoles, 27 de julio de 2016

SOÑANDO SUEÑOS...



                                                                       
                                                                                 



La ventana estaba abierta sin embargo las cortinas estaban y seguían estáticas no se movían ni una pizca de brisa...Solamente entraba el olor dulzón del jazmín y la dama de noche.
Empezó a dar vueltas y más vueltas  en la cama. En este estado de inquietud dejó que pasara los minutos.
Imposible, inútil conciliar el sueño.
A través de la ventana contemplo la luna llena que iluminaba el jardín de ésta noche calurosa del mes de Julio. Miró el reloj digital que tenía en la mesita de noche, marcaba la 1:30 de la madrugada.

Se levantó, entró en el cuarto de baño, abrió el grifo de la ducha y pronto su cálido cuerpo empezó a saborear el placer del agua fría. El agua caía por todo su cuerpo... Durante unos minutos mantuvo su cabeza debajo del chorro de agua...
De nuevo en la cama, sintiendo sobre su piel la suavidad de las sábanas recién planchadas, con el pelo aún mojado, abrazada a la almohada, sus ojos soñolientos empezaron a cerrarse.
Ahora sí, Morfeo  acogiéndola entre sus brazos, se apiadó de ella, llenando su mente de hermosos sueños...


A orillas del Atlántico, en un pueblo costero, blanco como la espuma del mar. Un soplo de viento, envuelto en recuerdos, acariciaba  sus mejillas, traía olor a algas, como aquél día.

                                                       

        
- ¿Hacia dónde vas? – Escuchó una voz en su interior...
- Voy hacia, mi infancia  donde todo es posible... Allí predomina la paz, la calma, la serenidad...
- ¿Y quién te ha dicho que debes ir allí?
- Una voz misteriosa que anida en mi corazón
- ¿Y que ves?
                                                                         
El mar... En su orilla, en la tibieza de sus aguas, una niña de trenzas doradas  y cara pecosa, juega con caracolas de nácar, conchas blancas y caballitos de mar. Arriba en lo alto en un cielo azul las nubes, se están abriendo como abanicos blancos de algodón... Camino entre ellas... Abajo en la tierra  hombres buenos, políticos y gobernantes todos unidos construyen un mundo mejor...

                                                                  


                                                                        
Según Freud: “cuando soñamos, todas nuestras emociones enterradas en el subconsciente suben a la superficie consciente durante los sueños. Los sueños representan la realización de un deseo por parte del soñador”

Tener bonitos e intensos sueños hace que nos levantemos más felices y contentos. Sin embargo, los gratos recuerdos, del pueblo blanco como la espuma de mar, lleno de conchas, caracolas, caballitos de mar y hombres buenos... A lo largo del día, poco a poco como pompas de jabón se fue desvaneciendo, al escuchar, leer y ver en los medio informativos, la ola de terror que se ésta viviendo en toda Europa por ataques terroristas, protagonizados por extremistas,  invadiendo de  miedo a sus habitantes y restos de países de otros continentes.

El pueblo de su “sueño” como muchos pueblos se encuentra  perdido entre guerras y llantos. Un pueblo, dirigidos por políticos, luchando entre unos y otros. Intentando demostrar y convencer al pueblo quien es el mejor; el dialogo ya no existe, buscan solo el poder, satisfacer y engordar su ego procurando reconocimientos. Pronto olvidan todas las promesas que hicieron y quién los votó. Olvidan e  ignoran  a padres y madres que intenta sobrevivir con sus hijos, en un mundo lleno de injusticias y miserias. Hoy es lo mismo que ayer...

A pesar de todo la esperanza sigue invadiendo su alma infantil y si “los sueños representan la realización de un deseo por parte del soñador”  la niña de trenzas doradas, seguirá escuchando esa voz misteriosa que anida en su corazón que le dice:
Vuelve camina sin miedos, por pueblos, ciudades y países donde  hombres buenos, políticos y gobernantes construyen  un mundo, donde tu sueño infantil  es por fin posible... 




jueves, 14 de abril de 2016

ABRIL LAS AGUAS MIL







Es abril, pero el cielo parece que lo ha olvidado. En este mes caprichoso, inestable, que a veces amanece con un sol radiante y otro lluvioso un día si otro no. Tras la ventana, allá fuera, un cielo gris, con nubes bajas, gigantes,  amenaza con dejar su huella.

Difícil, comprender esta maravillosa manifestación de la naturaleza, de éste cielo gris, a veces lleno de luz, de oscuridad, de nubes en estado gaseoso, que pronto se convertirá como por arte de magia en lluvias densas, filtrando la tierra e inundando calles, plazas y avenidas.


                                                            

   
Intentando acallar mi mente, pero no mi sentir... En ésta tarde elevo mi alma, dejándome llevar de la mano, de este sensible poeta, que me guía por veredas y senderos.., donde se divisa:

“un prado verde, y un encinar se esfumina, 
y una sierra gris se pierde”...


Y así, aspirando aromas de la madre tierra me voy sumergiendo en ésta maravillosa poesía de Antonio Machado Campos de Castilla:

                                                                     
                                                                Son de abril las aguas mil. 

 “En una nube lejana,
zigzaguea
una centella amarilla.
La lluvia da en la ventana
y el cristal repiqueteo.

A través de la neblina
que forma la lluvia fina,
se divisa un prado verde,
y un encinar se esfumina,
y una sierra gris se pierde.

Los hilos del aguacero
sesgan las nacientes frondas,
y agitan las turbias ondas
en el remanso del Duero.

Lloviendo está en los habares
y en las pardas sementeras;
hay sol en los encinares,
charcos por las carreteras.

Lluvia y sol. Ya se oscurece 
el campo ya se ilumina;
allí un cerro desparece,
allá surge una colina

Ya son claros, ya sombríos
los dispersos caseríos,
los lejanos torreones.

Hacia la sierra plomiza
van rodando en pelotones
                                                                                   nubes de guata y ceniza.”





Antonio Machado Ruiz (Sevilla, 26 de julio de 1875 - Colliure, 22 de febrero de 1939) fue un poeta español, el más joven representante de la Generación del 98. Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en otros institutos madrileños. En 1899, durante un primer viaje a París, trabajó en la editorial Garnier De vuelta a España frecuentó los ambientes literarios, donde conoció a J. R. Jiménez, R. del Valle-Inclán y M. de Unamuno

Allí conoció a Leonor Izquierdo, joven de 17 años con quien se casó en 1909. De Soria el joven matrimonio pasó a París donde Machado asistió a las clases del filósofo francés Henri Bergson.En julio de 1911 tuvieron que regresar a Soria por la enfermedad de Leonor. 

En 1912 la muerte de su esposa provoco una crisis profunda en el poeta, el cual decidió abandonar Soria. Este hecho le afecta profundamente. Pide el traslado a Baeza, donde continúa impartiendo francés entre 1912 y 1919, posteriormente se traslada a Segovia .En los años sucesivos vive en Segovia y Madrid, donde le nombran en 1927 miembro de la Real Academia Española, aunque nunca llegó a tomar posesión de su sillón.

En la evolución poética de Antonio Machado destacan tres aspectos: el entorno intelectual de sus primeros años, marcado primero por la figura de su padre, estudioso del folclore andaluz, y después por el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza; la influencia de sus lecturas, de Bergson y Unamuno; y, en tercer lugar, su reflexión sobre la España de su tiempo.

En 1936, padece de arteriosclerosis, y ha perdido casi la vista. De talante izquierdista y defensor de la república se ve obligado a abandonar Madrid tras la Guerra Civil, primero a Valencia para más tarde vivir como exiliado en Colliure, Francia, donde muere el 22 de febrero de 1939
                        
Obra de Machado: Obras

Poesía

1903 — Soledades: poesías
1907 — Soledades, galerías, otros poemas
1912 — Campos de Castilla
1917 — Páginas escogidas
1917 — Poesías completas
1917 — Poemas
1918 — Soledades y otras poesías
1919 — Soledades, galerías y otros poemas
1924 — Nuevas canciones
1928 — Poesías completas (1899-1925)
1933 — Poesías completas (1899-1930)
1933 — La tierra de Alvargonzález
1933 — Poesías completas
1936 — Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo)
1937 — La guerra (1936-1937)
1937 — Madrid: baluarte de nuestra guerra de independencia
1938 — La tierra de Alvargonzález y Canciones del Alto Duero

Teatro

1926 — Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel
1927 — Juan de Maraña
1928 — Las adelfas
1929 — La Lola se va a los puertos
1931 — La prima Fernanda
1932 — La duquesa de Benamejí