Mostrando entradas con la etiqueta sensaciones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta sensaciones. Mostrar todas las entradas

jueves, 13 de agosto de 2020

VIVENCIAS DEL CAMINO


  


Hay momentos  en la vida donde debemos hacer un paréntesis y alejarnos de nuestra vida cotidiana para poner un poco de paz  en nuestro mundo interior.

Si logras amistarte con tu corazón te puedo garantizar que nunca te sentirás sól@ tendrás la suficiente valentía para cada proyecto que desees emprender y para cada decisión que necesites tomar.

Estos fueron los pensamientos que me llevo hacer en solitario, el Camino de Santiago, en Agosto del 2010. Una de las experiencias  más gratificante  que he tenido en mi vida.

Como amante del  senderismo  y la naturaleza,  fue un gozo para mis sentidos  por sus paisajes llenos de contrastes, paz y silencio sintiendo en cada recodo del camino sensaciones que llenaban todas las fibras de mí ser.

La lluvia es fina, suave… Acaricia mi cara, gotean las hojas de los eucaliptos, el olor que desprende cada vez es más intenso...

La tierra  bebe se alimenta de éste don generoso, el olor a tierra mojada lo impregna todo...
Yo… Disfruto de todas estas sensaciones, vida... más vida... más vida... 

En ésta fusión con la tierra y el agua empiezo a subir una pendiente de piedras resbaladizas por el agua que empapa mis pies, la subo despacio... Despacio… disfrutándola...Mis cinco sentido en alerta, sintiendo en todo mí ser cansancio y gozo al mismo tiempo, siendo consciente que estos momentos que estoy viviendo son irrepetibles y únicos. Después de subir ésta hermosa cuesta por todas las sensaciones que me ha hecho vivir, entro en la provincia de la Coruña.
                                                                       

Las conífera, pinos y eucaliptos gigante que se entrelazan, siguen siendo mis únicos compañeros de viaje.




Vivencias del camino

El camino se va estrechando a medida que avanzo empiezo a  escuchar el sonido de una campana ¿qué será….? Sigo caminando… A lo lejos veo una manada de vacas lecheras, de color marrón  gordas  y hermosas con la ubres llenas de leche.


                                                                         

                                                                    
           
                                                              

Vienen de frente hacia mi ¡Dios mío! ¿Qué hago?  miro a mi alrededor  el camino es estrecho con alambres a ambos lado. ¡No tengo donde cobijarme! oigo una voz que me dice.

-No se asuste, son muy buenas, quédese quieta, sin hacer ruido y no tenga miedo.
Me miro el jersey  que llevo puesto  ¡de color rojo¡

 (En estos momentos me gustaría ser como Pulgarcito y meterme en un repollo de los muchos que hay en el camino). Pero vuelvo a la realidad y veo que las tengo delante de mí.


                                                          


                                          

    
Me quedo quieta mejor dicho  ¡inmóvil! por el rabillo del ojo las veo pasar una a una por mi lado. No me atrevo a mirarlas...

Pasan rozándome por el cuerpo y pienso ¡qué valor tienen los toreros! Quiero tranquilizarme,  los minutos se me hacen eternos. ¡Por fin! veo a la chica que me dice:

¿Ha pasado miedo…?

Su perro un pastor alemán empieza a lamerme y a mover el rabo, lo acaricio.Tranquilizándome le contesto a la chica:

Figúrate  sola,  con estas vacas delante de mí... Ella se ríe…, y empezamos a reírnos  juntas, yo con risa nerviosa, ella se ríe de ver mi cara de susto...

Sigue hablando y comenta - Es complicado pasar las vacas de un prado a otro pero…, no tengo otro lugar para hacerlo. El camino  hay que compartirlo con los peregrinos.


                                                     

                                                                              

                                                                               

                                                                      

Ellas duermen en un establo por la noche, por la mañana tengo que llevarla a comer al prado. Procuro hacerlo cuando no veo ningún peregrino. Esta vez cuando me doy cuenta estaba usted delante ya no había marcha atrás. Son muy buenas si no se les provocan...

-Contesto - Ya… ya…, le digo un poco asustada, espero que la próxima vez si me encuentro otra manada de vacas el camino sea más ancho y así poder disfrutar del espectáculo, pero sin miedo...

Me despido de ella y Damián su perro,se pone a dos patas encima de mí  dándome un abrazo de despedida. “Buen camino “- contesto-  “buen camino”.


                                                                       
Esta situación vivida me llevó por un instante a pensar en la  muerte. El miedo a morir a veces nos puede provocar, ansiedad y obsesiones, quizás pasamos  demasiado tiempo inútilmente, pensando en nuestra propia muerte aun a sabiendas que la muerte va ligada a nuestra vida.

Desde el momento que nacemos  conocemos el final de nuestro destino, sin embargo el temor a morir puede ser tan intenso pensando que algo malo nos sucederá,que nos provoca estados de tristeza quitándonos  felicidad al momento que nos ha tocado vivir.



Mario Benedetti, bien supo expresarlo  “Después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida”.

 Todos somos mortales. Al nacer traemos fecha de caducidad y aceptarlo no implica tener que vivir una vida llena de angustias y miedos.

Quiero y deseo  disfrutar de los días de mi vida. Aprendiendo a vivir con una realidad que no puedo ni podemos, cambiar. 

La vida es demasiado hermosa para disfrutarla y vivir ...Sin temor a nada...



Nadie como el poeta Pablo Neruda supo expresarlo mejor

 "Muere lentamente quien no viaja,quien no lee,quien no oye música,

quien no encuentra gracia en sí mismo.

Muere lentamente

quien destruye su amor propio,

quien no se deja ayudar.

Muere lentamente

quien se transforma en esclavo del hábito

repitiendo todos los días los mismos

trayectos,

quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su
vestimenta
o bien no conversa con quien no
conoce.
Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino
de emociones,
justamente estas que regresan el brillo
a los ojos y restauran los corazones
destrozados.
Muere lentamente
quien no gira el volante cuando está infeliz
con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
detrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...
¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡NO TE IMPIDAS SER FELIZ! "   

                                           
Pablo Neruda
Nombre completo: Neftalí Ricardo Eliecer Reyes Basoalto, con el seudónimo Pablo Neruda
Lugar de nacimiento: Parral, Chile
Fecha de nacimiento: 12 de julio de 1904
Murió: 23 de septiembre de 1973
Géneros literarios: Poesía

viernes, 30 de agosto de 2019

SENSACIONES


  
                             A veces me acerco al mar vestida de recuerdos...                                                      




     Camino hacia la orilla, las olas me reciben acariciando y besando mis desnudos pies...
                     



   El agua está tibia, la espuma de las olas se mezclan entre mis dedos... Cierro los ojos... 
         
                                                                       

  En este mar de sensaciones los pensamientos vienen y van como las olas...   



 Se hunden mis pies en la arena...Camino entre espuma y caracolas... Respiro llenándome de aroma a algas y sal marina...




El viento mueve y juega con mi pelo y yo... Me dejo hacer... 





 De vuelta a casa sigo sintiendo mis pies sobre el mullido césped, su follaje menudito, va despertándome miles de sensaciones...



  
 El fuerte olor del lentisco mezclándose con el suave olor de las  florecillas silvestres,  recordándome que el verano acaba de  comenzar


       
                   

  

                                                
   

                                              










martes, 7 de julio de 2015

LOS FAROS DE MI VIDA...


                                                                           



Imagen de la red
                                          

Cuando contemplamos los destellos de los faros todos sabemos que son mucho más que señales de luz que  sirven como puntos de referencia para los que los navegantes lleguen a buen puerto. Pero cuando se es pequeña y se espera con ilusión la venida de los Reyes Magos...Todo, todo,  se intensifica y aquella noche no podía ser menos...

Mi primer contacto  con los faros comenzó en mi infancia: una  víspera de Reyes en un pueblo costero de Andalucía. Aquella noche, su famoso faro, el más alto de toda España, tercero de Europa y quinto del mundo, bañaba de luz, aquel cinco de Enero.


–Mamá, ¿ese reflejo que ilumina nuestra casa que es?
-¿Qué reflejo mi niña?
-Aquel que ilumina los tejados, y el gallinero de las gallinas.
-Ah, ¿te refieres a esa luz blanca que va dando vueltas?
-Sí, sí, ¡esa, esa luz tan bonita!

Que podía contestar una mamá, a su hija de seis años en una noche mágica como aquella noche, donde la ilusión, el anhelo, la esperanza y los sueños se quieren  hacer presentes. Sin vacilar, ni dudar  cogiéndome en brazos llenándome de arrumacos, me contesto:

–Es la estrella de Oriente la que guía a los Reyes Magos. La misma que les guiará hasta nuestra casa y  a la de todos los niños que han sido buenos como tú.



Así, comenzaba la fascinación que he sentido siempre, a lo largo de mi vida, al contemplar los faros: su hermosa luz blanca y clara sobre las bravas y  oscuras aguas del mar... Recordando la inocencia de aquella niña... En esta noche, sin luna, de nuevo en este pueblo marinero al mirar la luz del faro de Chipiona, la luz que guía a navegantes y marineros, no puedo dejar de pensar en aquella noche...

                                                              

Han pasado los años y  sigue latente en mí la misma fascinación de entonces. Algunos de ellos están en lugares que jamás podré olvidar. Son lugares mágicos, de indudable belleza. Como el hermoso faro que mira el mar de Finisterre, por su carga simbólica, guardo un  grato recuerdo de el. 


                                                                     
Lo descubrí el 23 de Agosto del 2010: en una mañana lluviosa y con niebla, salí de Santiago, decidida a visitar uno de los litorales más traicioneros del mundo."Costa da Morte " final del camino de Santiago quería cumplir con el “ritual” con la tradición de los antiguos peregrinos.
                                                                                                                    





 
         
                                                                  
Cuando creer que lo has visto todo que es imposible que una tierra te sorprenda… Llegas al kilómetro O donde todo acaba...      

                                                       




                                                    
A este hermosísimo lugar, continúan llegando peregrinos compostelanos de medio mundo. Aquí en Finisterre (A Coruña) frente al Océano, se realiza una purificación espiritual. Se queman las ropas  con la que hicieron el camino.


                                                                 

Este acto simboliza deshacerte de todo lo que tu alma no necesita “limpiarse” iniciar así una nueva etapa de tu vida…



Pasé al lado de unos peregrinos y vi, unas botas quemándose al lado de una cruz de piedra.Pronto yo haría lo mismo con las ropas que me acompañaron en el camino...  



                                                                          
Seguí caminando hasta el faro. Las horas van pasando. El sol se está poniendo... Bajo, por unas rocas. En silencio absoluto, sin más compañía  que el sonido de las olas enfurecidas, que rompen con ímpetu contra las inmensas rocas empiezo mi “ritual”.

                                                              

Un ritual que desde la edad media aún se sigue haciendo. Al contemplar el fuego quemando mis ropas, me entró una extraña sensación... Frente la inmensidad de este tempestuoso Atlántico, fue uno de los momentos de mi vida en los que más pequeña me he sentido...


Sentada en una roca contemple el mar. Solamente mar... Cementerio de naves y hombres, leyendas de ciudades sepultadas en la antigüedad, decenas de catástrofes marinas...


Ante estas vistas espectaculares fui dejando pasar el tiempo... En este sitio mágico, cerré una etapa de mi vida para comenzar otra...  
                                                               



A los pies del faro,observo, medito,el simbolismo de su luz que guía. Intento descubrir la luz, que me guíe... Mi luz interior...Ojala que esta luz que empiezo a divisar me lleve a buen puerto...



España tiene 187 faros que iluminan, cada noche, la costa española. Afortunada, me siento porque 11 están situados en esta costa gaditana: Bonanza-Sanlúcar, Chipiona, Rota, Castillo de San Sebastián en Cádiz, Cabo Roche en Conil, Trafalgar en Barbate, Barbate, Camarinal en Tarifa, el propio de Tarifa, Punta Carnero en Algeciras y Punta Carbonera en San Roque. Es una suerte tenerlos tan cerca poder visitarlos, seguir contemplando su luz misteriosa que nunca se apaga...



Cada uno tiene diferente frecuencia de emisión de la luz, de tal forma, que los navegantes pueden guiarse consultando una determinada guía de faros e incluso determinando que faro están viendo. Los distintos tipos de luces empleados para ayudar a la navegación son los siguientes:

"Luz fija.
Luz giratoria lenta que gradualmente alcanza plena visibilidad y desaparece gradualmente. Luz de destellos que a intervalos de segundos aparece y desaparece repentinamente.
Luz de color roja o verde. Luz intermitente que a intervalos fijos se enciende y apaga rápidamente
Luz intermitente de intervalos desiguales; por ejemplo, fija dos segundos, apagada cinco, fija dos, apagada dos y de nuevo fija dos como al principio y así sucesivamente.
Luz de destellos agrupados, en que dos o más destellos van seguidos de varios segundos de ocultación.
Luces fijas que iluminan todo el horizonte, pero de efectos giratorios o intermitentes en ciertas zonas por interposición de pantallas.
Luz de destellos intermitentes en que una sucesión de destellos rápidos va seguida de un intervalo de ocultación."






sábado, 10 de agosto de 2013

QUIEN RECUERDA VIVE DOS VECES

                                                                                                       





                                                                 
  En ésta calurosa tarde de verano, el jardín se silencia... La madreselva  florecida mezclándose con el olor dulzón de la dama de noche junto con las rosas, piden benevolencia, a éste aire abrasador y caliente, suplican ráfagas de frescura húmeda...Solo el hibiscus  al otro lado del jardín se balancea disfrutando del caliente sol.                                                                                     



                                                 
                                                         
 
                                             

     
Con los ojos semicerrados, en esta embriaguez provocada por  este letargo estival, este pequeño espacio de naturaleza trae a mis recuerdos otra naturaleza más fría, más húmeda... Diferente... Sintiendo en mi piel la maravillosa frescura y el aroma de la vegetación húmeda... Que se interrumpe  al escuchar  a lo lejos el cantar de la chicharras...


 Dicen: "Quién  recuerda vive dos veces". Nuestro recuerdos  en nuestra memoria tienen un modo muy particular de manifestarse, comparando  nuestro presente con  momentos vividos en el pasado.
Cuando lo vivido fue placentero, esos recuerdos se vuelven nítidos y vuelven con la misma intensidad que en los momentos vividos...
Haciéndonos sentir, las sensaciones y emociones que vivimos anteriormente.  

Mi memoria fiel a mis recuerdos,  en esta tarde de este tórrido y ardoroso, verano  me traslada a mis pasos y vivencias, en mi camino de Santiago. Cuando en Andalucía el sol a  estas horas de la tarde nos abrasa, allí la frescura de sus bosques me hacia disfrutar de todo lo que me rodeaba. 



Vivencias del Camino


Empiezo a entrar en un bosque, lleno de castaños, abedules, robles, nogales, chopos, avellanos. Voy disfrutando del camino. El buen tiempo me acompaña.

Miro  y contemplo este hermoso paisaje todo verde, campos de maíz,                                                                                                    
                                                                       
                                                                           
 
       
   
   
vacas comiendo y pastando.



                                             
     
                                                        


     


El olor es penetrante, olor a campo, a flores silvestres.
 En el camino hay margaritas, milenramas, campanulas,


                                                 
                                                   

  
                                                      
   moras, frambuesas silvestres. 



                                                 

                                                 


 A lo lejos también diviso campos de girasoles.  





Los colores se entremezclan con el verde en todas sus tonalidades. A la entrada de las aldeas hay muchas hortensias en toda gama de  colores aunque predominan las de color malva y azules.

                                                    

                                                     


Paso por algunos campos llenos de árboles frutales, higueras y sobre


                                               

        
                                         

todo manzanos, algunos están al borde del camino,  cojo alguna manzana, me la como. “¡Están riquísimas! tienen un sabor y olor tan especial…
  

                                                   
 
     
                                                          
A veces en el camino se juntan castaños, eucaliptos,  parece un túnel casi en penumbra, lo cual se agradece por el frescor que se respira y se siente. Algunas hojas, al pasar junto a sus ramas tienen el rocío de la mañana,  sintiendo las  pequeñas gotas sobre mi cara.
                                                   
                                                   


                                                   
     

        
 En el camino,  por estos tramos, he tenido la suerte de caminar sola, sin nadie que distraiga mis sentidos, percibiendo,  sintiendo toda esta explosión de naturaleza a mí alrededor. 
Todo es armonía, silencio, paz, olores, quietud... Solamente se escucha el sonido de mis pisadas y el crujir de las hojas bajo mis pies.

Mi mente es estos instantes, sin ningún  pensamiento que entorpezca este instante. Solamente veo, siento, percibo, escucho...Quiero llenarme de este paisaje, guardar dentro de mi todas estas sensaciones...

Así, es la mente. Tiende a ser selectiva.Hace recordar...Con la misma intensidad que en el momento en que sucedió, las emociones que sentimos y vivimos... Deseando prolongarse durante el mayor tiempo posible... En nuestra memoria y corazón. 
Y en esta ardiente y calurosa tarde de Agosto los recuerdos se intensifican....