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jueves, 14 de abril de 2016

ABRIL LAS AGUAS MIL







Es abril, pero el cielo parece que lo ha olvidado. En este mes caprichoso, inestable, que a veces amanece con un sol radiante y otro lluvioso un día si otro no. Tras la ventana, allá fuera, un cielo gris, con nubes bajas, gigantes,  amenaza con dejar su huella.

Difícil, comprender esta maravillosa manifestación de la naturaleza, de éste cielo gris, a veces lleno de luz, de oscuridad, de nubes en estado gaseoso, que pronto se convertirá como por arte de magia en lluvias densas, filtrando la tierra e inundando calles, plazas y avenidas.


                                                            

   
Intentando acallar mi mente, pero no mi sentir... En ésta tarde elevo mi alma, dejándome llevar de la mano, de este sensible poeta, que me guía por veredas y senderos.., donde se divisa:

“un prado verde, y un encinar se esfumina, 
y una sierra gris se pierde”...


Y así, aspirando aromas de la madre tierra me voy sumergiendo en ésta maravillosa poesía de Antonio Machado Campos de Castilla:

                                                                     
                                                                Son de abril las aguas mil. 

 “En una nube lejana,
zigzaguea
una centella amarilla.
La lluvia da en la ventana
y el cristal repiqueteo.

A través de la neblina
que forma la lluvia fina,
se divisa un prado verde,
y un encinar se esfumina,
y una sierra gris se pierde.

Los hilos del aguacero
sesgan las nacientes frondas,
y agitan las turbias ondas
en el remanso del Duero.

Lloviendo está en los habares
y en las pardas sementeras;
hay sol en los encinares,
charcos por las carreteras.

Lluvia y sol. Ya se oscurece 
el campo ya se ilumina;
allí un cerro desparece,
allá surge una colina

Ya son claros, ya sombríos
los dispersos caseríos,
los lejanos torreones.

Hacia la sierra plomiza
van rodando en pelotones
                                                                                   nubes de guata y ceniza.”





Antonio Machado Ruiz (Sevilla, 26 de julio de 1875 - Colliure, 22 de febrero de 1939) fue un poeta español, el más joven representante de la Generación del 98. Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en otros institutos madrileños. En 1899, durante un primer viaje a París, trabajó en la editorial Garnier De vuelta a España frecuentó los ambientes literarios, donde conoció a J. R. Jiménez, R. del Valle-Inclán y M. de Unamuno

Allí conoció a Leonor Izquierdo, joven de 17 años con quien se casó en 1909. De Soria el joven matrimonio pasó a París donde Machado asistió a las clases del filósofo francés Henri Bergson.En julio de 1911 tuvieron que regresar a Soria por la enfermedad de Leonor. 

En 1912 la muerte de su esposa provoco una crisis profunda en el poeta, el cual decidió abandonar Soria. Este hecho le afecta profundamente. Pide el traslado a Baeza, donde continúa impartiendo francés entre 1912 y 1919, posteriormente se traslada a Segovia .En los años sucesivos vive en Segovia y Madrid, donde le nombran en 1927 miembro de la Real Academia Española, aunque nunca llegó a tomar posesión de su sillón.

En la evolución poética de Antonio Machado destacan tres aspectos: el entorno intelectual de sus primeros años, marcado primero por la figura de su padre, estudioso del folclore andaluz, y después por el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza; la influencia de sus lecturas, de Bergson y Unamuno; y, en tercer lugar, su reflexión sobre la España de su tiempo.

En 1936, padece de arteriosclerosis, y ha perdido casi la vista. De talante izquierdista y defensor de la república se ve obligado a abandonar Madrid tras la Guerra Civil, primero a Valencia para más tarde vivir como exiliado en Colliure, Francia, donde muere el 22 de febrero de 1939
                        
Obra de Machado: Obras

Poesía

1903 — Soledades: poesías
1907 — Soledades, galerías, otros poemas
1912 — Campos de Castilla
1917 — Páginas escogidas
1917 — Poesías completas
1917 — Poemas
1918 — Soledades y otras poesías
1919 — Soledades, galerías y otros poemas
1924 — Nuevas canciones
1928 — Poesías completas (1899-1925)
1933 — Poesías completas (1899-1930)
1933 — La tierra de Alvargonzález
1933 — Poesías completas
1936 — Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo)
1937 — La guerra (1936-1937)
1937 — Madrid: baluarte de nuestra guerra de independencia
1938 — La tierra de Alvargonzález y Canciones del Alto Duero

Teatro

1926 — Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel
1927 — Juan de Maraña
1928 — Las adelfas
1929 — La Lola se va a los puertos
1931 — La prima Fernanda
1932 — La duquesa de Benamejí





lunes, 26 de octubre de 2015

LOS ÁRBOLES TAMBIÉN LLORAN






Reconociendo una de mis aficiones preferidas como es montar en bicicleta, no puedo dejar de sentir tristeza, rabia e indignación ante la contemplación de este desierto de cemento que se ha convertido la Avda. José León de Carranza, al igual que otras avenidas de la ciudad.

                                                  
                                                             
     

Al contemplar la barbarie que se está haciendo, las personas que amamos la naturaleza no podemos dejar de sentir desolación e impotencia, al mirar sin vida los troncos mutilados de estos hermosos árboles de ésta gran avenida. Creo que mi sentir es igual como lo que siente la mayoría de los habitantes de mi querida ciudad.

                
                                                           



Hoy, necesito y quiero hablar en defensa de mis amigos los árboles: pensar que nunca más volveré a ver como poco a poco se van cubriendo sus ramas  de hojas verdes, disfrutar de su floración, fragancia y colorido en primavera. No  sentir su sombra en verano... Y al llegar el otoño, no  poder contemplar, sus hojas caídas sobre el asfalto alfombrando con bellos colores de  oro, fuego y cobre, es  ya una realidad y un triste recuerdo, que me entristece...

                           
A principio del mes de Octubre, un grupo de operarios con motosierras, talaban despiadadamente hermosos árboles de jacaranda.




Un árbol  de jacaranda de 8 a 12 m. de altura, tarda como mínimo cinco  años en florecer. Es un árbol resistente a las condiciones urbanas por lo que está indicado en plantaciones de alineación.
Es una de las especies que más CO2 consume unos 1832 Kg por año.

Su madera es muy apreciada por sus tonos crema y rosados, se utiliza en ebanistería y carpintería, empleandose para la fabricación de muebles y para la decoración interior de coches de lujo.

Incomprensible para mí como la mayoría de los ciudadanos me pregunto: ¿es todo esto un negocio y beneficio para algunos? ¿Es inconsciencia? Si lo que pretendían los responsables de medio ambiente, construyendo un carril para las bicicletas un bien común. Si era eso lo que buscaban no deberían olvidar que los árboles además de su belleza, son vida.

Entre los principales beneficios que nos proporcionan a los seres humanos están: filtrar el agua de las lluvias evitando las inundaciones, reducir la velocidad del viento y la contaminación del aire, retener el dióxido de carbono que contamina la atmósfera mitigando así el cambio climático.

Se supone que sabiéndose todo esto, desde que lo aprendimos en nuestra infancia en la escuela, no se entiende, esta  falta de respeto y de amor hacia  la naturaleza. Por todo ello esta afición de montar en bici que disfruto y me resulta tan placentera, aún sin querer me hace sentir culpable. Rechazando esta atrocidad, hago un llamamiento a todos los responsables: que abusan de sus cargos, enmascarados y sin la más mínima consideración hacia un bien social ejecutan esta barbarie, contra la naturaleza y el medio ambiente. 





En Beijing desvían carreteras o edificios en lugar de cortar un árbol, han prohibido su tala y los han protegido, si alguna construcción pasa por el lugar en donde se encuentra un árbol centenario, debe adaptarse a él ya que cortarlo no es una opción. Estará obligado a esquivarlo.




                                                                     Imagen de la red
Un ejemplo a seguir...